¿Poesía o canción?

Dime cómo lo explico a mi destino que ya no estás ahí, dime cómo haré para desprenderme de este frenesí, esta locura que siento por ti, con esta química que haces en mí...

Tengo que amarte amor, tengo que amarte. Aunque esta vida duela como dos, aunque te busque y no te encuentre y aunque la noche pase y yo te tenga y no...

Y va liviano mi corazón gitano, que solo entiende de latir a contramano. No intentes amarrarme ni dominarme. Yo soy quien elige cómo equivocarme.

Hay días, en los que el reflejo del espejo me dolía, en los que contigo como arma me protegía; los que creían que el amor me salvaría.

Quiero ver bailar tu pelo, quiero ser tu ritmo, que le enseñes a mi boca, tus lugares favoritos.

Yo no quiero que a mi niña le vayan a hacer princesa, con zapatitos de oro ¿cómo juegan las praderas? Y cuando llegue la noche a mi lado no se acuesta...

Luna quieres ser madre Y no encuentras querer que te haga mujer Dime, luna de plata ¿Qué pretendes hacer con un niño de piel?

Tu sexo fundiste con mi sexo fuerte, fundiendo dos bronces. Yo triste, tú triste... ¿No has de ser entonces mía hasta la muerte?

Yo te miro se me corta la respiración, cuando tú me miras se me sube el corazón. Y en un silencio tu mirada dice mil palabras.

Yo la quise y a veces ella también me quiso, en las noches como esta las tuve en mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Sueño cuando era pequeño sin preocupación, en el corazón. Sigo viendo aquel momento se desvaneció, desapareció. Ya no te creo, ya no te deseo

Debo fingir que hay otros. Es mentira, solo tú eres. Tú, mi desventura y mi ventura. Inagotable y pura.